
Cuando se trata de automatización de infraestructura y gestión de configuración, existen varias herramientas disponibles, pero dos de las más populares son Ansible y Salt. Ambas tienen características que las hacen atractivas para diferentes tipos de proyectos. En este artículo, exploraremos las diferencias clave entre Ansible y Salt (Fox) para ayudarte a decidir cuál se adapta mejor a tus necesidades.
¿Qué es Ansible?
Ansible es una herramienta de automatización de TI que facilita la configuración, el despliegue y la orquestación de aplicaciones. Es conocida por su sencillez y facilidad de uso, especialmente por su arquitectura sin agente. Esto significa que no necesitas instalar ningún software adicional en los nodos de destino. Ansible se conecta directamente a los servidores a través de SSH (para sistemas Linux) o WinRM (para sistemas Windows), lo que lo convierte en una opción ideal para proyectos de tamaño pequeño a mediano.
¿Qué es Salt (Fox)?
Salt, también conocido como SaltStack, es otra potente herramienta de automatización y orquestación de infraestructura. A diferencia de Ansible, Salt utiliza una arquitectura con agente, lo que significa que requiere la instalación de un «minion» en cada servidor. El servidor maestro (master) se comunica con estos minions para ejecutar comandos y gestionar la configuración. Salt es especialmente útil en entornos más grandes y dinámicos, donde se necesita un mayor control y una orquestación avanzada.
Principales Diferencias Entre Ansible y Salt (Fox)
1. Arquitectura: Sin Agente vs. Con Agente
Una de las diferencias más notables entre Ansible y Salt es la arquitectura. Ansible sigue un modelo sin agente, lo que significa que no necesitas instalar ningún software adicional en los nodos. Simplemente se conecta a través de SSH o WinRM para ejecutar las tareas. Esta simplicidad lo hace ideal para equipos que necesitan una herramienta fácil de usar.
Por otro lado, Salt utiliza un modelo con agentes llamados minions, que deben instalarse en los nodos de destino. Aunque esto agrega complejidad, permite a Salt ejecutar tareas de manera más rápida y escalable, ya que puede gestionar un gran número de nodos simultáneamente de forma eficiente.
2. Facilidad de Uso: ¿Cuál es Más Intuitivo?
Cuando hablamos de facilidad de uso, Ansible destaca por su simplicidad. La configuración y los playbooks de Ansible se escriben en YAML, un lenguaje de marcado muy fácil de entender. Además, al ser una herramienta sin agente, no tienes que preocuparte por la instalación de software adicional, lo que lo convierte en una opción atractiva para principiantes o aquellos que buscan una solución rápida y sencilla.
En contraste, Salt tiene una curva de aprendizaje más pronunciada debido a su arquitectura basada en minions y su uso del lenguaje Python para ciertas configuraciones. A pesar de que Salt también utiliza YAML para la gestión de configuración, su mayor flexibilidad puede resultar en una mayor complejidad, lo que lo hace más adecuado para usuarios con más experiencia o entornos más complejos.
3. Rendimiento: Escalabilidad y Velocidad
En términos de rendimiento, Salt es conocido por ser más rápido que Ansible. Esto se debe a su capacidad para ejecutar tareas en paralelo mediante la comunicación con los minions. Si gestionas un gran número de nodos, Salt es más eficiente y puede realizar tareas más rápidamente en comparación con Ansible, que ejecuta tareas de manera secuencial.
Ansible, aunque más lento, es suficiente para muchos proyectos de tamaño pequeño o mediano. Si el rendimiento y la escalabilidad no son tus principales preocupaciones, Ansible puede ser una opción viable y más sencilla de implementar.
4. Casos de Uso: ¿Cuál es Más Adecuado para tu Proyecto?
La elección entre Ansible y Salt depende en gran medida de las necesidades de tu proyecto.
- Ansible es ideal para entornos más pequeños o proyectos que requieren automatización sencilla y rápida, como la instalación de software o la configuración de servidores. Su facilidad de uso lo convierte en una opción popular para desarrolladores y administradores de sistemas que buscan simplicidad.
- Salt, en cambio, brilla en entornos de gran escala y complejidad, donde se necesita orquestación avanzada y control granular. Salt es capaz de manejar una mayor cantidad de nodos simultáneamente y es más adecuado para tareas que requieren alta disponibilidad y rapidez.
5. Comunidad y Soporte
Ambas herramientas tienen comunidades activas, pero Ansible tiene una ventaja al estar respaldada por Red Hat, lo que asegura una mayor disponibilidad de documentación y soporte empresarial. Salt, aunque también tiene una comunidad robusta, no tiene el mismo nivel de respaldo corporativo, aunque sigue siendo una opción poderosa y flexible para quienes necesitan más control sobre su infraestructura.
Conclusión: ¿Cuál Deberías Elegir?

Si buscas simplicidad y facilidad de uso, Ansible es la opción recomendada. Su arquitectura sin agente y su fácil configuración lo convierten en una excelente elección para proyectos pequeños y medianos.
Sin embargo, si necesitas escalabilidad y orquestación avanzada, Salt podría ser la mejor opción para ti. Aunque es más complejo, su capacidad para gestionar grandes infraestructuras y su rendimiento superior lo hacen ideal para entornos de gran escala.
Al final, la decisión entre Ansible y Salt depende de tus necesidades específicas: ¿buscas simplicidad o un control más detallado sobre tu infraestructura? Ambas herramientas son potentes y eficaces, pero su aplicación varía según el tamaño y la complejidad de tu entorno.